jueves, 11 de agosto de 2011

MEZQUITAS DE TIERRA SANTA

Cumplid con la oración;
porque la oración preserva de la obscenidad y de lo ilícito;
y el recuerdo de Dios es mejor que cualquier cosa,
porque Dios sabe lo que hacéis

(Corán, Sura 29, Versículo 45)


Las relaciones, como es sabido y evidente, entre los judíos y los musulmanes no son precisamente buenas… nunca lo han sido por norma general, aparte del problema palestino (cuya mayoría es musulmana, aunque hay una minoría de palestinos árabes cristianos), al problema anterior hay que añadirle la eterna disputa por Jerusalén, la cohabitación del Muro de las Lamentaciones y de la explanada de las Mezquitas, y los atentados terroristas de una y otra parte…

Evidentemente los judíos no van a ceder, al contrario, han levantado el muro de la vergüenza en torno a lo que ellos consideran la Autoridad Palestina, segregándolos del resto del país, aunque con eso –paradójicamente- les están reconociendo una frontera, un territorio, aunque sea impuesto, y siguen colonizando territorios de la noche a la mañana…



Esto se traduce, de una forma que me ha parecido curiosa, en el tratamiento que el gobierno israelí da a los espacios celebrativos del Islám, es decir, a sus mezquitas… Vamos a decir que las toleran, aquellas que tienen culto o son de una antigüedad atestiguada o que, al menos, están en uso, como es el caso, en el ejemplo de las fotos, de la Mezquita de Omar, en el casco antiguo de Jerusalén, o de la mezquita de Hafa, que es una ciudad judía de vacaciones, algo así como un Benidorm, y donde tienen que tragar con la presencia de mezquitas.



Sin embargo en el caso de las mezquitas antigüas en ruinas, desuso o abandonadas el gobierno no da autorización para que se rehabiliten, con lo que a la larga se pierden, y como no se atreven a demolerlas directamente, por no ofender a los musulmanes, dejan que sea el tiempo y el abandono el que se encargue de ello, como es el caso de esta otra mezquita en Haifa, que se cae sola, aunque la foto del interior muestra cuán bella era.



Con todo, hay que añadir, los musulmanes son un poco provocadores, ya que no hay, a lo largo de la historia de esta tierra tan discutida, sitio cristiano de referencia que no se libre de la presencia de la mezquita contigua, con el muecín llamando a la oración todo el santo día, “dando por saco” a las celebraciones cristianas del interior de los templos de sus vecinos. Como la Mezquita al lado de la Casa de Lázaro, en Betania.